Lo prometido es deuda. Dije que os contaría nuestra última boda para aportaros más ideas originales y aquí estoy, con todas las novedades. Parte del equipo de Emotiva ha estado este fin de semana en Córdoba para la boda de Carlos y Candi, que se celebró este pasado sábado en la Iglesia de la Trinidad y se festejó en el restaurante Bodegas Campos con un gran éxito de organización.

Mientras tanto, en Bodegas Campos se ultimaban los detalles de la celebración. Se hizo en uno de los salones interiores de las antiguas bodegas, hoy uno de los restaurantes más afamados de Córdoba. Tras un cóctel previo de casi una hora, llegó el banquete. Aquí quiero hacer hincapié. La elección de los novios fue totalmente acertada, a pesar de que sumaba conservadurismo (habitual en los menús de boda) con dosis de riesgo nada habitual. Eligieron un rape sobre cama de puré de ajetes tiernos (éste era el plato conservador, y estuvo magnífico), seguido de un rabo de toro con cremoso de patata (tremendamente arriesgado, sí, pero una elección perfecta si estás en Córdoba y en Bodegas Campos; fue un rotundo éxito). Para terminar: helado de naranja con aceite de oliva virgen extra (otro riesgo, el del aceite con helado, superado con sobresaliente).

Carlos y Candi eliminaron el habitual cortante entre pescado y carne con una única intención: evitar que el almuerzo se eternizara. De hecho, los tiempos se cumplieron y la comida, entre el cóctel y la barra libre, no duró más de una hora y media, cafés incluidos. ¿La solución para no perder ese ‘plato’? Insertaron en el cóctel chupitos de ajoblanco, gazpacho… En definitiva, completaron el cóctel con las propuestas que tenían como cortantes. Sencillo, genial!!

La fiesta se alargó hasta más de las once de la noche, amenizada en directo por un grupo de rumbas que iba alternando sus pases (tres en total) con el Dj. Antes, repartieron los regalos a los invitados: abanicos lacados en burdeos para ellas y gemelos de pasamanería para ellos, presentados en bolsitas mini de organza para caballeros. ¡Los gemelos son nuestra última novedad y se los quitaban al novio de las manos! Otros detalles a tener en cuenta que no quiero que se me escapen: los centros de mesa eran racimos completos de uvas frescas rodeados de paniculata; por un pequeño suplemento cambiaron el tinto crianza por un reserva; había recipientes con chucherías en la barra libre; se repartió una merienda a base de pan de nueces con jamón ibérico…

Si queréis que os cuente algún otro detalle o queréis que os haga recomendaciones, usad el formulario que sigue a estas líneas. Seguiremos contando, de boda en boda… (No es cierto, la semana próxima os hablaré de una comunión, lo prometo).